Enero, el mes en el que damos la bienvenida al nuevo año, está a punto de terminar.
Es el mes donde aparece el día más triste del año, el bluemondey y que todo el mundo conoce por ser la primera cuesta del año, “la cuesta de Enero”.
Escribo este post para animaros, es normal que en Enero nos sintamos ansiosos, depresivos, deprimidos, es el mes donde muchos animales invernan y no salen hasta la primavera, el mes en el que se registran las temperaturas más bajas y por lo tanto, cuando menos nos apetece salir.
Enero, donde más resfriados y catarros acontecen, ahora con Omicron, ya no sabemos lo que puede ser solo un resfriado o algo más. Todo esto nos ocasiona malestar, dolores musculares, dolores de cabeza, malas digestiones, una serie de síntomas, que sumados por la histeria colectiva, de que no vemos el final del túnel, de esta pandemia, suma una coctelera cargadita de signos y síntomas para que nos afecte a lo físico y mental, con lo que nuestro aparato digestivo e inmunológico, van cayendo de la mano también.
Seguramente habremos retomado nuestros buenos hábitos alimenticios y hayamos dejado los excesos de las Navidades, estos atracones tienen consecuencia en nuestro sistema inmunológico debilitándolo, pero gracias a nuestra naturaleza, tenemos lo necesario para reponernos. Lo días se hacen más largos y venimos del solsticio y tenemos que recargar fuerzas.
Pero fijaros si la naturaleza es sabia, que nos ofrece una serie de alimentos en esta temporada (Enero) que nos aportan, por ejemplo:
El caqui: Tienen una reserva importante de hidratos de carbono, están cargadas de calorías, tienen mucha fibra, por lo que combaten el estreñimiento, mantienen la piel sana, ya que estimulan la fabricación de colágeno debido al contenido de vitamina C y ayudan a combatir la osteoporosis por su contenido en calcio.
Achicoria roja: en su 94% de composición de agua, tiene 20 calorías cada 100grs. Tiene un gran aporte en vitamina A y Vitaminas del grupo B, minerales como el potasio, calcio y magnesio y una muy buena acción antioxidante. Pose inulina e intibina, las cuales ayudan mucho a las funciones digestivas, se encuentran presentes en los nervios y aportan su sabor amargo, estimula los jugos gástricos, es un tónico que favorece la función hepática y de la vesícula biliar.
Habas tiernas: al ser un alimento que pertenece al grupo de verduras frescas, contienen muchos beneficios para nuestra salud. Sacia, por lo que ayuda en dietas para perder peso, tiene mucho contenido en fibra y ayuda a la digestión y reduce las flatulencias. Previene los cálculos en los riñones y en la vesícula biliar. Rica en ácido fólico y vitamina B. Por su contenido en L-Dopa, son beneficiosas en principios de enfermedades como Alzheimer y Parkinson.
Grelos: Se usa mucho en Galicia, se puede añadir a guisos o triturar para cremas o salsas. Ricas en beta caroteno, mejor si están guisadas, 100gr aportan las necesidades diarias. También ricas en vitamina C, ácido fólico, hierro y calcio (como hoja verde).
Mandarinas: Las clementinas son casi un capricho, como un bombón, son muy aromáticas y asombrosamente dulces. Tienen un alto grado de antioxidante y su carga de vitamina C, nos refuerza el sistema inmunológico, para este invierno.
Coles de Bruselas: Con mala reputación por su olor al cocer, son unas de las olvidadas y que en Enero están en su mejor momento. Contienen glucosinolatos, precursores de isotiocianatos, los cuales son anticancerígenos y desintoxicantes. No las cocines mucho y añádele mostaza, para ensalzar aun mas sus propiedades.
Como ultima reflexión. lo importante es darnos cuenta de que pese al bluemondey, la cuesta de Enero, pandemias o Filomenas, seguimos adelante y con el sol brillando de nuevo. Y, ser optimistas y darnos un respiro, total, quedan muchos días para poder hacer realidad nuestros objetivos de año nuevo.
